¿Quieres tener una excusa para cuando sale la fiera que llevas dentro? Sigue leyendo (no eres tú, es tu ego).
La primera vez que oí hablar de eneagrama y eneatipos fue en una sesión de emprendimiento antes de abrir Albizia y, gracias a contar en el equipo con Isabel Bersabé, experta en neuroeducación, he podido profundizar en este tema de primera mano (merçi, @isabelbersabe).
Simplificándolo mucho, es como ir a la óptica y probarte nueve tipos de gafas con las que ver la vida y a nosotros/as mismos/as. Un instrumento de autoconocimiento que nos puede ayudar en nuestro crecimiento, ya que configura un mapa de los nueve tipos de personalidad (eneatipos) que, en parte, explican la forma que tenemos de comportarnos y que nos aportan pautas concretas.
Fuente: canva.com
Aunque no se conoce su origen exacto, se cree que proviene de Oriente Medio, y se configura como una herramienta valiosa para mejorar las relaciones con la familia, las amistades, compañeros/as de trabajo…
Gracias a este esquema de los tipos de personalidad podemos llegar a comprender mejor a los demás, descubrir alternativas a nuestros patrones de actuación y ampliar nuestra visión de la realidad. Un mapa por el que viajar a nuestro interior sin salir de casa.
Pero, ojo; como todo instrumento, no es la panacea ni la receta a todos los males. No debemos correr el riesgo de quedarnos anclados en un número. Los eneatipos son como la ropa de entretiempo, que te vas quitando o poniendo según aprieta el calor.
Ni que decir tiene que cada persona es única y diferente y, en el desarrollo de nuestro carácter y forma de ser influyen los sistemas con los que hemos convido en nuestra infancia, con los que seguimos compartiendo momentos ahora, y las experiencias que se van generando.
No se trata de etiquetar o marcarnos como ganado, pero sí contar con una guía en base a tres grupos (imagen de Pinterest): emocionales (2, 3 y 4), mentales (5, 6 y 7), e instintivos (1, 8 y 9). Una breve descripción de los nueve enatipos sería (La sabiduría del eneagrama, Richard Riso):
Hasta aquí, la cara A de la cinta, pero, ¿y la cara B? El eneagrama nos ayuda a sacar a relucir el patrón egocéntrico, esa versión de nosotrxs que menos nos gusta pero que ahí está, intentando salir a la superficie a lo Allien con Sigourney Weaver.
Detrás de conductas que pueden asemejarse a varios eneatipos hay un conocimiento preciso de nuestras motivaciones más profundas, que es el cajón donde encontramos las soluciones para sentirnos mejor y resolver las situaciones que nos causan malestar. Lo valioso es el propio proceso de descubrimiento y flexibilización de aquello que hacemos de manera automática.
¿Qué te permite el eneagrama?
En el mercado podemos encontrar tests para descubrir el eneagrama (en “san google” aparecen millones) pero, lo coherente es dejarse acompañar por un profesional en la materia y conseguir así tu máximo potencial.
Y, por supuesto, si realmente necesitas ayuda porque estés pasando por un bache, pídela.
Tienes una cápsula específica de eneagrama en nuestra #formacionenblister, que incluye la valoración de tu eneatipo.
Pedagoga y directora de Albizia.
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