Comenzamos nuestro Q&A Albizia con un tema del que hemos recibido numerosas consultas: la adaptación de nuestros peques al cole.
En concreto, rescatamos la demanda que nos hace llegar Elvira, mamá de una niña de dos años a la que este aspecto se le está haciendo un poco cuesta arriba:
«Soy madre de una niña de 28 meses que ha empezado este curso en la escuela infantil, y estoy bastante preocupada porque le está costando mucho adaptarse (el periodo de adaptación terminó hace semanas pero nosotras seguimos en ello). Una de las cosas que me preocupa es que ha dejado de desayunar. Luego el camino a la escuela lo hace resignada y finalmente en la entrega llegan los lloros inconsolables. Durante las clases sus profesora afirma que está mejor o peor según la actividad que desarrollen.
¿Podríais darme algún tipo de orientación para hacerle más fácil la adaptación?
Muchas gracias».
Ana Belén León, Psicopedagoga de nuestro equipo, nos ofrece las siguientes orientaciones. Esperamos poder ayudar a Elvira y al resto de los papás que nos han comentado su angustia al respecto. Ánimo! Con tiempo, amor y paciencia mejorará, seguro.
Lo principal que debemos entender es que, aunque el periodo de adaptación está establecido como algo fijo, cada peque tiene su ritmo para adaptarse a una nueva situación, sobretodo cuando supone separarse de mamá y papá, y es necesario respetarlo y acompañarlo; esa es nuestra función.
El hecho que haya dejado de desayunar puede que sea una manera de comunicarte su malestar y, lo fundamental para que este proceso sea positivo, es que acompañemos sus emociones. Si sientes que tu peque se siente triste por la separación, es importante que le pongas nombre a esa emoción, validándola y no negándola, aceptando que es natural que se sienta así en una situación como esta. Aceptar la tristeza no es algo negativo sino, todo lo contrario, va a ayudar a tu hija a comprender qué le ocurre, a saber que mamá la comprende y que está con ella en ese proceso.
Además, podemos enfocarnos en hacer de la rutina de prepararse para ir a la escuela infantil algo positivo y divertido, despertarla con caricias y besos, ir a desayunar y vestirnos con una canción que cantemos juntas, de camino a la escuela con un juego que le permita sentir lo divertido de este momento y de compartir este ratito con mamá por las mañanas.
Para favorecer que desayune es importante que nos planteemos hacerlo juntas si no lo hacemos, ya que ese hábito le permitirá sentirse acompañada y disfrutar del momento con una emoción positiva.
Que los niños lloren a la entrada de la escuela infantil es algo que, lejos de ser negativo (aunque a los adultos sí nos hace sentir mal por el mal rato que pasamos, los peques y nosotros) indica que el niño expresa su emoción de tristeza, enfado y angustia por no poder estar junto a mamá. Es importante, que cada día antes de ir a la escuela, le vayamos anticipando lo que va a ocurrir («ahora vamos a ir a la escuela, te vas a quedar con tu profe y vas a jugar, a cantar, a leer cuentos… y después mamá irá a buscarte»). Si los niños saben lo que les va a ocurrir en momentos posteriores, se sienten más seguros.
Respecto al momento de la separación en la escuela, lo principal es que siempre lo hagamos de la misma forma y, más o menos, con el mismo mensaje, desde una actitud calmada y tranquila por nuestra parte, ya que debemos transmitirle que hacemos lo mejor para ella, que la dejamos en un lugar seguro donde va a estar bien cuidada y acompañada, y donde se va a divertir. Ah¡ Y fundamental, SIEMPRE nos despidamos de ellos; no vale escabullirse porque, entonces, no confiarán en nosotros.
En la práctica sería algo así:
“Cariño, ahora te quedas con tu profe, te lo vas a pasar fenomenal y vas a jugar con los amigos. Después de comer mamá vendrá a buscarte; disfruta cariño!” Le damos un beso y abrazo grande y nos vamos, dejándole en brazos de su profe, quien se encargará de consolarle.
En este sentido, es importante, no alargar ese momento, porque nos angustiaremos y ellos lo percibirán sintiéndose inseguros.