Siempre que surgen acontecimientos importantes en la vida, los prepararnos con gran detalle. Si te casas, dedicas un montón de tiempo y dinero al vestido, las invitaciones, las flores… cada detalle cuenta para que ese día sea espectacular. Cuando compras una casa, pasas horas y horas de tienda en tienda para encontrar el sofá ideal, los cojines que combinan con los colores de las cortinas…
Y ¿cuando vas a tener un bebé? Seguramente, intentas hacerte con todo el arsenal de mobiliario y complementos: el carrito, la cuna, la ropa, la bañera… todo para que no le falte de nada. Sin embargo, si te preguntamos: ¿cómo te preparas tú para recibir al bebé?
Piensa que serás “esa casa” que el bebé tiene para vivir durante su periodo de gestación, en el caso de estar embarazada, y tiempo después de nacer (teniendo en cuenta que el periodo de exterogestación dura al menos doce meses tras el nacimiento y que hasta los dos años el niño necesita a su figura principal como referencia para formar su personalidad). Es decir, que serás el centro del mundo durante ese tiempo, ese hogar al que ir a refugiarse cuando le duela algo, cuando tenga miedo, hambre, sueño…
Entonces, ¿cómo te encargas de “decorar” ese hogar? ¿Has pensado en cuáles son TUS necesidades físicas y emocionales desde que se inicia el periodo de gestación, adopción, acogimiento, y cuando tu bebé haya llegado hasta ti? ¿Te has dado cuenta qué es lo que sientes con esta experiencia de esperar a un nuevo miembro de la familia? ¿Has identificado tus miedos, angustias e inseguridades?
Si definimos maternidad y paternidad podemos hacerlo como un periodo revelador, una experiencia que te cambia para siempre, pues te hace ver todo aquello que realmente eres. Para tu bebé, TÚ eres el acontecimiento más importante de su vida, y tus emociones y tus pensamientos tienen efecto sobre él o ella.
Cuando estás embarazada, está demostrado que el bebé percibe sensaciones desde que está en el vientre; cada emoción, cada pensamiento, cada vivencia que tengas durante ese periodo, forma parte de su desarrollo prenatal. Sentir que te cuidas y que disfrutas con esta experiencia que supone la maternidad, tener pensamientos positivos como que “eres capaz de traer a tu bebé al mundo” desde una conciencia de amor, desterrando el miedo, así como lograr que a tu bebé le llegue una gran carga de endorfinas, oxitocina y serotonina que hará que se sienta seguro del entorno en el que va a nacer, se sienta amado y que su desarrollo físico y emocional sea sano.
Pero esta actitud positiva y esa conciencia de entrega y amor no sólo tiene que limitarse a la mujer que se encuentra embarazada. Prepararnos es importante para todo tipo de familias y, aunque el proceso es distinto cuando hablamos de adopción, acogimiento y demás opciones a la hora de ser papás, el objetivo sí que es común: hacer que nuestro hijo se encuentre en el mejor entorno posible y que, gracias a nosotros, se desarrolle de manera sana, acompañándole en su crecimiento.
Por ello, es fundamental enriquecer tu proceso de crecimiento personal en esta nueva experiencia que supone la maternidad y la paternidad, y abordarla y visualizarla desde un enfoque optimista. Si eres una mamá embarazada puedes tratar de poner atención en pequeñas cosas de tu día a día, como disfrutar de cada comida, de su sabor, su textura…, sintiendo qué beneficios te aportan los nutrientes a ti y a tu bebé; dedicarte momentos de descanso, que te ayuden a sentir que te cuidas y que te quieres; reír y bailar con aquella canción que te encanta; disponer cada día de un ratito para conectar con tu bebé, hablarle, enviarle mensajes de cariño y amor, donde él sienta que ya le quieres aunque aún no le hayas visto la carita, donde le puedas decir todas aquellas cosas que estás deseando vivir junto a él… ¡son un montón de experiencias positivas que le estás aportando!
En la actualidad, la pluralidad y diversidad familiar está enriqueciendo nuestra sociedad. Para aquellos niños que pasan a formar parte de una familia que no es la suya de origen, esta preparación se hace, si cabe, aún más necesaria. Tomar esta decisión es ya un camino y un proceso en sí, en el que hay que adquirir otra serie de herramientas para garantizar, por ejemplo, el derecho a su intimidad, la importancia de saber transmitir su historia…
Como cualquier situación novedosa, poder estar acompañados y orientados es un gran apoyo, ya que es un tipo de maternidad y paternidad que da lugar, en ocasiones, a numerosas dudas y miedos. Por ejemplo, implica un proceso de espera en el que se desconoce el tiempo exacto y que, generalmente, suele ser un periodo largo. Así mismo, puede ocurrir que esa personita ya cuente con una historia de vida al no tratarse de un recién nacido, y nos preocupemos por el desarrollo del vínculo afectivo con él y si seremos capaces de dar respuesta a sus necesidades.
Desde Albizia, te ofrecemos la oportunidad de adquirir recursos para vivir tu maternidad y paternidad de forma positiva. Te esperamos en nuestro programa Uno más en la Familia, o pide cita si quieres que realicemos las sesiones de manera particular.
¡Os esperamos!
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